Comienza hoy una nueva edición del pionero festival, referencia del terror y la ciencia-ficción desde hace más de 40 años. Ha llovido mucho desde aquellos años en los que se exigía llevar corbata y se tenía que tener buen dominio de idiomas ya que la mayoría de filmes venían tal cual sin subtítulos (el francés no era mucho problema en los años 60 y 70 ya que era el idioma extranjero en los colegios, pero sí el inglés y no digamos el chino, el checo, el polaco...) Ahora todo es más accesible y la programación también es mucho más amplia, lo que permite proyecciones más familiares, incluyendo muchas de dibujos animados.
Este año destacan estrenos de unos cuantos directores emblemáticos como Cronenberg o Dario Argento (con su Drácula 3D) y la habitual sección asiática con representación china, coreana, thailandesa, japonesa... Como vemos en el cartel, Sitges va a padecer el fin del mundo y tal vez por ello los organizadores, ante la inminencia de du propia destrucción, creen que podrán pasar mejor el juicio final si hacen un último favor al espectador y han decidido no subir los precios especto al año pasado ni aplicar el nuevo IVA. Y si ya había poca escusa, Sitges nos ofrece como siempre sus playas para estirarnos un poquito si el tiempo lo permite. Nos vemos por allí.
Está confirmado, el misterioso tiempo que estuvo desaparecida la escritora británica lo hizo en Sitges. Y bajo su influjo los lugareños, hasta ese momento unos plácidos pescadores, se transformaron en Destripadores, Vampiros, Hombres Lobo y sobre todo Zombis. El Festival de Cine que se celebra no es sino una tapadera para que esas alimañas pasen desapercibidas. Si veis alguna por allí, desconfiad de que sea solo un disfraz.